Presidente blog, presidente clon

A Lula le ha crecido un clon. La semana pasada, el palacio de Planalto anunció a bombo y platillo el lanzamiento de un blog presidencial. La vida de Lula, los proyectos del gobierno, en el día a día ciberespacial. En un país donde la relación del pueblo con su presidente es más emotiva que intelectual, donde el presidente es un peluche abrazable, el Lula-blog desbordó todas las previsiones. El site se bloqueó ante tan descomunal tráfico. Pero los brasileños se dieron cuenta de que no había posibilidad de comentarios. Que los post presidenciales eran un frontón informativo con una única dirección. Y no se quedaron quietos. Al blog presidencial le nació, un día después de su estreno, un clon. Un blog do Planalto gemelo, de idéntico contenido. Pero con posibilidad de comentarios. El frontón, convertido en cancha de tenis. Los ciudadanos, expresándose con libertad. La iniciativa fue de la periodista Daniela Silva y del consultor de Internet Pedro Markun. Daniela, en entrevista a G1, afirmó que “es muy grave no poder dejar post, cuando el objetivo era estimular el diálogo y ser transparentes”. En el clon-blog, Fraqui Aguiar, por escoger un comentario al azar, protesta sin posible censura: “debería mandar bajar el ejército de las favelas”. El blog-espejo del presidente-peluche ha causado más sensación incluso que el original. Y no es para menos. Salvando las distancia sería como si a un ministro español que convoca ruedas de prensa sin posibilidad de preguntas, Pongamos Corbacho, le nace una rueda de prensa clonada. Mientras dentro de la sala Manel Fran i Trenchs y sus matones amenazan a un periodista, fuera, en la rueda de prensa-clon, los periodistas hacen preguntas a mansalva a una imagen de Pongamos Corbacho proyectada en 3D. Interactúan, preguntan, ejercen sus derechos. ¿Para cuándo un Zapablog? ¿Estará preparado nuestro presidente para la guerra de los clones?